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De la ciudad inteligente a la “ciudad de los datos”

por | Oct 31, 2023 | Noticias

¿Hasta dónde se puede llegar con la ciudad de los datos?

Como PYME, nos interesa saber cómo se puede contribuir desde nuestro sector para promover una mejor calidad de vida dentro de nuestros territorios. Nuestra apuesta es que tenemos que ser ambiciosos y pensar en términos de Industria 5.0. Entendiendo, que en la historia de la industrialización hemos pasado por las versiones 1.0, 2.0, 3.0 y 4.0, que han sido respectivamente la mecanización (los telares), la electricidad, la electrónica y la informática, el 5.0 supone tener objetivos sociales, y más allá del empleo y del crecimiento, pensar en el planeta y en la prosperidad de la sociedad como suma de individuos, poniendo la IA al servicio de las personas. Para ello hay que repensar la productividad y competitividad de las empresas, grandes y pequeñas, y eso implica profundizar en cómo beneficiarse de la tecnología y aplicar la innovación para generar riqueza y que redunde en la captación y retención de talento en Castilla y León, pero también en dar respuesta a las necesidades de los nómadas digitales. Empresas e instituciones necesitan asesores y gestores profesionales de la innovación.

La Inteligencia de ciudad se refiere a una ciudad #datadriven en la que una de sus fuentes de energía son los datos. La principal fuente de datos procede de los sensores instalados en los equipos de la ciudad. No se trata de reinventar la rueda. GIS, IA, big data, #IoT… ya se están aplicando y son tecnologías maduras. Estamos trabajando en proyectos que se nutren de datos de TPV Virtual (BBVA), geolocalización de dispositivos de telefonía y beacons para análisis de hábitos de turistas. Pero hay iniciativas de empresas especializadas como Geoblink que cogen datos de las APIs de Google y compran al BBVA y también hacen analítica. Podemos aplicar innovación e inteligencia artificial.

El hecho diferencial es incidir en ciertos aspectos clave de todas las etapas del ciclo de vida de un proyecto de este tipo, desde su diseño y ejecución a su mantenimiento, análisis de resultados y comunicación. Se deben concebir con criterios de interoperabilidad mediante estándares abiertos, multiplataforma para no discriminar a nadie por su elección tecnológica, sostenibles económicamente (valorando opciones como la colaboración público-privada y la innovación abierta) y en complicidad con la participación ciudadana para eliminar las barreras ante su adopción.

Hacia la triple sostenibilidad: la ciudad de las personas

La calidad de vida de nuestro territorio no podrá serlo sin la palanca del desarrollo sostenible, en la triple hélice de la sostenibilidad medioambiental, social y económica de ciudades y territorios. Tenemos que pasar de la ciudad de los datos a la ciudad de las personas. Y esa “orientación al ciudadano y al turista” pasa por proyectos de movilidad sostenible, movilidad activa, la ciudad de los 15’, etc. que cubren las dos primeras.

Por ilustrarlo con un ejemplo de plena actualidad, con las Zonas de Bajas Emisiones pueden pasar tres cosas: que se dibujen con criterios políticos, que las definan funcionarios con criterios técnicos convencionales o que demos cabida a los sistemas de apoyo a la toma de decisiones, al análisis espacial y de flujos de tráfico y peatonales mediante datos de geolocalización de vehículos, de móviles y de dispositivos IoT que son procesados con algoritmos de IA para detectar patrones. Esto nos aportará rigor científico en el análisis de como diseñar ciudades para las personas en función de sus hábitos. Y de sus preferencias, no olvidemos las plataformas y mecanismos de gobierno abierto y participación ciudadana, en los que COTESA hemos sido pioneros desde los tiempos de exposición pública de los PGOUM.

Hablando del hábitat considerando el territorio y las ciudades como entorno o “hábitat exterior” de la persona y las edificaciones (hogares, residencias) como su “hábitat de interiores”, hay muchos ejemplos de captura de datos para la toma de decisiones:

En interiores:

  • Investigación e innovación en robótica social para contribuir a la salud y bienestar de las personas mayores en entornos rurales, Entendiendo su salud física y psíquica (la soledad no deseada es la nueva epidemia silenciosa del siglo VVI según la OMS), un robot puede ser un asistente digital que capture información y envíe alertas al servicio de teleasistencia
  • Patrones de vida individualizados obtenidos mediante algoritmos de inteligencia artificial que monitorizan los hábitos cotidianos en el hogar

En exteriores:

  • Plataformas de intervención en zonas desfavorecidas con colectivos vulnerables mediante innovación colaborativa. El cruce (“matching”) de oferta demanda permitirá optimizar el uso de aplicaciones como los bancos del tiempo
  • Reducción de la brecha digital mediante capacitación en competencias digitales y desarrollo de soluciones accesibles, especialmente para colectivos desfavorecidos que ven agrandarse dicha brecha día a día. Las APPs accesibles o la aplicación de realidad virtual en el ámbito socioasistencial que permite recrear escenarios inmersivos son sendos ejemplos, y en ambos es posible medir su impacto en cada individuo

¿Y cómo puede contribuir la “ciudad de los datos” a la sostenibilidad económica? Cuantificar el impacto económico del desarrollo de las ciudades inteligentes es una labor compleja, ya que requiere un análisis coste-beneficio en el que habría que considerar la monetización de todos los efectos sociales asociados, magnitudes a las que habría que sumar los ahorros generados por la mejora en la monitorización y gestión de éstos. Pero no olvidemos que las grandes urbes tienden a ser las más avanzadas, siendo perceptible –a juicio de muchos– el creciente riesgo de una brecha digital entre grandes y pequeñas ciudades.

Proyectos para los ciudadanos, y para el sector empresarial y de emprendimiento, deben realizarse con criterios de inclusión y participación pública, involucrando a la sociedad en el debate sobre el modelo de desarrollo urbano futuro, de manera que la estrategia resultante sea fruto de un proceso amplio de concertación social.

Concluyendo

La tecnología actúa como catalizador para maximizar el desarrollo urbano sostenible. Y lo cierto es que lo soporta (casi) todo. Pero las ciudades inteligentes requieren líderes inteligentes. La que hemos denominado “Smart big city” en COTESA se materializa en una plataforma multinivel soportada por una arquitectura de 5 capas que permite captar, almacenar, analizar e interoperar con grandes conjuntos de datos recopilados por sensores y elementos urbano

Smart big city, plataforma tecnológica de ciudad de COTESA

 

Consideramos que el desarrollo tecnológico ha permitido aflorar la innovación y con ella, el beneficio, bienestar y crecimiento de la sociedad. Y es un tren que no podemos permitirnos dejar pasar en Castilla y León.

Ahora toca tomar decisiones sobre el uso de ese activo que es la ciudad de los datos. ¿Hasta dónde se puede llegar? El Ayuntamiento de Madrid ya ha llevado su Geoportal a Alexa en un prototipo que ofrece información urbanística gracias a la inteligencia artificial. (Casi) todo es posible.